“El cabo entra en las aguas como el
perfil de un muerto o de un durmiente con la cabellera anegada en el mar.
El color no es color, es tan sólo la luz. Y la luz sucedía a la luz en las
láminas de tenue transparencia. El cabo baja hacia las aguas, dibujado
perfil por la mano de un dios que aquí encontrara acabamiento, la
perfección del sacrificio, delgadez de la línea que engendra un horizonte o
el deseo sin fin de lo lejano. El dios y el mar. Y más allá, los dioses y
los mares. Siempre. Como las aguas besan las arenas y tan sólo se alejan
para volver, regreso a tu cultura, a tus labios mojados por el tiempo, a la
luz de tu piel que el viento bajo de la tarde enciende. Territorio, tu
cuerpo. El descenso afilado de las piedras hacia el mar, del cabo hacia las
aguas. Y el vicio de todo lo creado envolvente, materno, como inmensa
morada.”
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domingo, 27 de marzo de 2016
Jose Angel Valente y el Parque Natural Cabo de Gata
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